Rosas rojas para un amante póstumo.
Cada vez que iba a visitar la tumba de su esposo, Claudina se abstraía mirando la foto, en blanco y negro, de Nicanor Lorente Arias, muerto a los 45 años, y colindante al nicho del marido
Era muy guapo; bien peinado, con un bigote recortado, un lunar en la mejilla, y aquella mirada apacible y seductora que trasmitía placidez y simpatía.
Claudina se sentía cada vez más atraída por el anónimo difunto, fallecido en 1.948, y tanto fervor iba acumulándose en su alma que, un día, decidió llevarle rosas, y luego otro día y otro.
Actualmente, Claudina acude al cementerio eufórica, con dos ramos de flores; las blancas, que simbolizan el decoro y la honestidad y que deja con descuido, mientras susurra una desangelada oración, en la tumba de su cónyuge. Las rosas rojas, que representan la pasión, son para Nicanor, su amante secreto, con el que ha mantenido tantas oníricas noches de amor y frenesí y con el que ahora platica de sus más íntimas aspiraciones.
7 comentarios
NOFRET -
Probaré con fotos de Gardel, tenía un encanto que...
Mira lo que me haces pensar con tus cuentos!
(Pero se disfrutan mucho!)
Espuma -
en cuanto a Mago, noe entendí ni J, bueno, sólo que buscando un gif, llegó hasta ésta, mi casa virtual. Te envío un abrazo y si lo deseas, vuelve.
chao.
Mago -
Gore -
Hola Espumita, es un placer leerte. Un abrazo
Diego J. -
Un abrazo.
Cerro -
En éste, cuando Claudina muera, ¿dónde será enterrada?, ¿entre medias de ambos? Supongo que sí.
Un abrazo.
piedra -
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