Argucia de una dama en apuros
Entró por mi ventana, yo no dormía, pero él lo creyó. Se acercó hasta mi lecho despacio, sin hacer ruido.
El corazón me latía alocado; el pánico casi me hizo gritar pero aguanté, tenía que resistir.
De pronto, con un rápido movimiento, abrió mi cobertor, y al destaparme, advertí sus colmillos que refulgían en la oscuridad. Prevenida, me levanté de un salto y corrí hacía el enorme y robusto armario de dos hojas que había encargado fabricar, me introduje dentro y cerré. Mi corazón, cada vez más desbocado, parecía querer salir del pecho y huir por sí solo.
Él corrió, detrás de mí; como yo había supuesto. Abrió la puerta del ropero en el mismo instante en que yo salía por la otra puerta. Rápida como una gacela atranqué todas las puertas. Perfecto.
Me acosté de nuevo y esperé el día mientras los bramidos del chupador se hacían cada vez más horripilantes.
El sol estaba en pleno apogeo, alumbraba toda la alcoba y daba de lleno en el ropero.
Desatranqué todas las puertas y esperé pero el vampiro no quiso salir. Hube de abrir yo.
Este montoncito de ceniza que estoy barriendo les vendrá estupendo a mis petunias.
6 comentarios
Espuma -
momia, sabes cómo alegrarme siempre, por eso te quiero... :)
un besazo, momia ¡fuerte, fuerte! :)
NOFRET -
Muy bueno tu cuento, ya veo que en verdad le tomaste la mano a los cuentos cortos. Lo tendré en cuenta para la próxima vez que me fastidie un vampiro! ;)
Espuma -
o me estoy quedando ciega o este ordenador, no sé por qué razón borra las imágenes...
mejor que sea lo segundo... :(
guanachinerfe -
Comella -
Que pases buen verano Espu
guanachinerfe -