Blogia
El andurrial de Espuma

La adoración de los ídolos

La adoración de los ídolos

Siempre que iba a poner flores a su difunto marido, Doris observaba al cúmulo de personas que flanqueaban la otra tumba.

Un día decide sumarse a la multitud y poner una de las petunias del ramillete que traía en el reputado sepulcro. La semana siguiente trae un ramo de gradiolos y la próxima, hortensias; siempre variando el tipo de flor para sentirse la predilecta, la que más lo idolatra.

Hoy trae gardenias blancas, olorosas y llamativas y, después de, rápidamente, haber colocado los sencillos claveles al esposo, deposita las flores sobre el famoso panteón sintiéndose radiante. Desde la fotografía, el galán parecía sonreírle sólo a ella y a nadie más que a ella.  

James Dean estaba guapísimo.

5 comentarios

Gladys -

La realidad es tan dura como una lápida.
Qué gusto estar en esta casa Espumilla.

Espuma -

me alegra que te haya ggustado, momia, no sabes cuánto! :-)

¿de verdad que Elvis era un gilipollazo? :-( me dejas patitiesa, yo creí que era el Rey, con todo su esplendor.

claro, concocemos lo que conocemos, y en el interior vaya usted a saber qué hay.

Idolos de barro ¿eh?

un beso, guapa. :-)

NOFRET -

Muy bien puesto el título, Espuma! Es cierto que mucha gente llega a adorar a los "ídolos" más que a la gente de su vida real, como la protagonista de tu cuento. Tal vez la gracia está justamente en que pueden imaginarlos tal como les gustaría que fueran, sin defectos.
Dicen por ejemplo que Elvis era un tremendo gilipollazo! jeje! pero nadie lo sabía, las fans sólo veían a un hombre de lo más atractivo cantando como los dioses... y supongo que lo imaginaban adorable.
Un gusto leerte!
Besos!

Espuma -

Gracias a ti Comella, por venir a verme. :-)

¿te gusta tu enlace? Guayabitos preciosos ¿eh?

un beso, guapa.

Comella -

Gracias por un enlacito tan chulo Espu. La verdad es que quedan geniales ;) Menudo curre te has pegado buscando un dibujo para cada blog, un besazo guapetona.