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El andurrial de Espuma

3 cuentos breves: Bestiario

3 cuentos breves: Bestiario DE ALGAS Y FRENESÍES

Miles de corales, medusas y estrellas de mar sacuden pertinaces mi mente, pero juro que no estoy loco. Mi nombre es Mauricio y fui pescador.

Fue en un día claro y sereno; la mar azul me convocaba, como cada jornada, para ofrecerme sus criaturas. Subido a mi barca, con el soplo fresco de la mañana, salí mar adentro.

Comencé a escuchar la melodía apenas unas millas de la costa; era un canto seductor, atrayente que me llevó hacía su posición veloz y febril.
Y allí estaba ella, flotando sobre las aguas; pelo largo de color verdemar, ojos glaucos y tez cerúlea. Ella, con su cola de pez deslumbrante y verdusca, del mismo tono que el de las algas.

Su hechizo de sirena me cautivó y me tiré a la mar para seguirla. Me llevó a un arrecife de corales multicolores; yo me sentía pez, no necesitaba aire, respiraba perfectamente y la sensación era magnífica.

Ella sonreía, mientras, en una concavidad de arena rubia se quedó fluctuando. Yo, cómo un pez, esperaba ansioso a que desovase y ella, conocedora de mis ímpetus, puso numerosos huevos que quedaron posados en el lecho marino. Cuando terminó se alejó un poco y yo, frenético, me situé encima y esparcí mi semen sobre la puesta; experimenté el placer más sublime jamás imaginado siquiera.

Quizá sea un delirio de viejo pero... no dejo de pensar en cómo serán mis hijos marinos.

SOMBRAS Y HECHIZOS


Cuenta la leyenda que se convertía en lechuza por las noches.
Inés de Moncada; bella hija del conde de Moncada, hidalgo caballero del señorío de Castilla.

Acaso víctima de algún embrujo o quizá por ser hija de hechicera, Inés, transformada en lechuza albina, recorría volando los bosques del feudo.

Se decía que todo viajero que se encontraba con el ave rapaz era atraído por sus ojos redondos y ambarinos y quedando exangües y abatidos se convertían en víctimas de la lechuza, que les devoraba las entrañas.

Pero, enamorándose del hijo del marqués, quiso Inés que su maleficio acabase. Se encerró en un convento y cuando sus manos intentaban tornarse en garras ella se flagelaba, atajando la tremenda metamorfosis. Y cuando sus hermosos labios principiaban a convertirse en corvo pico, se laceraba consiguiendo que la mutación parase. Y si unos plumones blancos empezaban a brotar en su fina piel, se torturaba logrando que no se alterara su cuerpo humano.

Largo tiempo después logró su propósito de ser una mujer normal y casó con su amado.

En la noche de bodas el esposo despertó al alba. Otra vez la terrible mutación se producía.
Transmutado en chacal no pudo reprimir sus impulsos sanguinarios; a dentelladas despedazó a la novia.

LA LLAMADA DE LA ARPÍA

Aconteció hace dos años, un mes y un día.

Mi adepto y aliado en batallas y correrías y al que, desde hacía tiempo apreciaba esquivo y triste, me refirió su infortunio una tarde que vino a verme abatido y astroso.

Me participó, entre lamentos y sollozos, que estaba hechizado por una arpía.

Una arpía es un ser con cabeza y torso de mujer, posee alas, enmarañadas greñas y dientes mugrientos. La parte inferior de su cuerpo es de buitre. Habita antros inmundos en los que, ni el humilde ratoncillo de campo osa entrar a causa del hedor y la putrefacción que reinan en ellos y su risa es escalofriante.

—Pero su canción es mágica e irresistible —expuso mi amigo—, por las noches me llama con su canto y yo acudo sin dilación a su guarida; allí, sumiso, acato todas sus órdenes pues no puedo escapar de su maleficio a pesar de que se refocila humillándome y lastimándome. Al alba me deja ir y regreso a mi morada ultrajado; ansiando ser difunto antes que el despojo en que me percibo.

Después de escuchar su desgracia, discurrí —Bestia tan inmunda jamás podrá embrujarme— y fui aquella misma noche a su cueva provisto de ballesta y espada y dispuesto a libertar al infortunado.

Al presente —y desde hace dos años, un mes y un día—, al llegar el albor, mi amigo y yo retornamos a nuestras casas, doloridos y atormentados.

2 comentarios

Espuma -

¡Hola Piedra!

me alegra verte por mi casita, majo.

¿acompañar a los cuenteros?, que va, amigo, ellos son geniales, pero muchas gracias por decir eso tan lindo.

un besito. :)

piedra -

Espuma, siempre agíl y sorprendente,tienes que acompañar a los cuenteros.