Sólo apto para damas.
Cuentecillo picaresco medieval, rimado y festivo.
Este bicho me importuna, quejóse doña Beatriz ora se posa en mi cuello, ora vuela a mi nariz, pronta se pone en mis labios y más presta en mi cerviz.
No os azoréis, señora contestóle don Tomás que yo acabo con la bestia en menos de un pestañeo. ¿Y mi espada?, no la veo...
¿Bestia decís? señaló ella pasmada tan sólo es un insecto; impertinente y molesto, pero diminuto. Acaso vuestro ardor os engaña; no es ninguna alimaña.
Pero punza con gran saña, lo mataré en un minuto replicóle el varón, chinchoso ¿Dónde está?
¿Preguntáis por vuestro acero? expuso la dama, mordaz.
Mi espada ya la sostengo; por la mosca os inquiero dijo él con fingida paz.
La mosca se halla en mi busto, indicóle Beatriz recorre rauda mi escote; parece que le da gusto..., ¡ahora asciende al cogote!
No la veo, mejor me arrimo... ¡Ah, qué susto! ¡Vaya lote! bramó el hombre.
¿Os da, una mosca, cerote? preguntó ella, insidiosa.
No es la mosca, no es el bicho... tartamudeó él, mientras, pegado su rostro al pecho de la dama, babeaba, y refutóle os he dicho.
Y la mosca, que se hallaba en uno de los senos de la mujer, alzó el vuelo y despareció por el postigo.
Ya os digo manifestó Beatriz entonces, guiñando un ojo a la asistencia mañas y ardides no son solamente del demonio. Este año, amigas mías, yo cataré el matrimonio.
Y se baja el telón, entre risas femeniles. Se terminó la función.
Este bicho me importuna, quejóse doña Beatriz ora se posa en mi cuello, ora vuela a mi nariz, pronta se pone en mis labios y más presta en mi cerviz.
No os azoréis, señora contestóle don Tomás que yo acabo con la bestia en menos de un pestañeo. ¿Y mi espada?, no la veo...
¿Bestia decís? señaló ella pasmada tan sólo es un insecto; impertinente y molesto, pero diminuto. Acaso vuestro ardor os engaña; no es ninguna alimaña.
Pero punza con gran saña, lo mataré en un minuto replicóle el varón, chinchoso ¿Dónde está?
¿Preguntáis por vuestro acero? expuso la dama, mordaz.
Mi espada ya la sostengo; por la mosca os inquiero dijo él con fingida paz.
La mosca se halla en mi busto, indicóle Beatriz recorre rauda mi escote; parece que le da gusto..., ¡ahora asciende al cogote!
No la veo, mejor me arrimo... ¡Ah, qué susto! ¡Vaya lote! bramó el hombre.
¿Os da, una mosca, cerote? preguntó ella, insidiosa.
No es la mosca, no es el bicho... tartamudeó él, mientras, pegado su rostro al pecho de la dama, babeaba, y refutóle os he dicho.
Y la mosca, que se hallaba en uno de los senos de la mujer, alzó el vuelo y despareció por el postigo.
Ya os digo manifestó Beatriz entonces, guiñando un ojo a la asistencia mañas y ardides no son solamente del demonio. Este año, amigas mías, yo cataré el matrimonio.
Y se baja el telón, entre risas femeniles. Se terminó la función.
5 comentarios
white -
Espuma -
despistadilla sí que soy.
Espuma -
Espuma -
ya sabes; me gusta jugar con las palabras.
muchas gracias por venir para decirme cosas tan buenas.
abrazos.
Piedra -
¿Qué quires que te diga? Ya no tengo palabras para alabarte. Expresiones