COMO UN CAMPO DESOLADO

donde el viento retumba al azotar
el tronco seco de un árbol quemado
y la vida aguarda para brotar.
Espero que un día el campo de flores
se cubra, digno de poder mostrar
que en el aire navegan mil olores,
pero hay que vivir para respirar.
¿De verdad soy un erial yermo y frío?
¿De verdad la vida no vive en mí?
¿De verdad no tengo ya primavera?
¿No será que el sol de mi seco estío
seca las flores antes de salir
porque me devora una cruenta hoguera?