Cinéfila
El séptimo arte y sus hechizos.
Se hallaba en una casa, enlucida, muy blanca. Un pianista tocaba una pieza monótona pero a pesar de lo molesta que era, cada vez que paraba ella exigía —Tócala otra vez.
Se acercó rodando, —porque iba en silla de ruedas— a la ventana, una ventana indiscreta por donde podía ver el servicio de la casa vecina, y vio a una joven que se duchaba mientras una vieja estrafalaria se dirigía hacía ella llevando un enorme cuchillo. Advirtió como la apuñalaba, oyó sus gritos desgarradores y vio la sangre salpicando las baldosas. El pianista, entretanto, había variado la música y ahora sonaba aterradora.
Pensó en llamar al detective Harry el Sucio, pero luego de meditarlo se dijo que ya era tarde para la chica; el sicótico travestido de vieja, ya la había matado.
De pronto le entró hambre, miró al pianista, el único ser que había en la habitación, y le expuso. —No he comido desde hace dos días. Él la miró, su rostro se había vuelto blanco y un minúsculo bigote le había brotado como por ensalmo. —Francamente querida, eso no me importa— le contestó impávido.
Despertó temblando y empapada en sudor. –Juro por Dios que jamás volveré a ver, durante toda una noche, películas clásicas— se dijo solemnemente mirando a lo alto.
El remate acompasado de un fragmento de piano resonó en toda la casa.
7 comentarios
Espuma -
un besazo a tod@s
Guanachinerfe -
Gore -
Como siempre, es un placer leerte, y si son ripios, miel sobre hojuelas.
Un abrazo.
Cerro -
Un besazo, Espumilla.
Piedra -
Inferno -
NOFRET -
Un gusto leerte, espumosa!