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El andurrial de Espuma

Arrullando a los sentidos

Arrullando a los sentidos

Ayer estuvimos viendo, como tantas otras veces, una puesta de sol en el Lomo del Retamal, pero esta vez fue especial.  Las Cañadas está colmada de flores, todo el aire es perfume. Las retamas, que florecen desde últimos de mayo hasta junio, aromatizan el aire de todo el perímetro, es increíble. Los tajinastes se yerguen hacia el cielo arrogantes y orgullosos, como sabiéndose magníficos, fastuosos.

En el Lomo del Retamal, la puesta de sol es como un canto a la naturaleza. El sol se va escondiendo detrás de La Gomera. El cielo se va tornando de colores, son tantos los colores, que pareciera que un ángel estuviese coloreando el horizonte sólo para que los humanos veamos la grandeza de Dios o de la Naturaleza.  Rojo, naranja, amarillo, violeta, rosa… rayas y trazos como una tela enorme y listada.

Sentados, miramos extasiados el panorama, mientras nuestro olfato se embriagaba de aromas y nuestro oído se maravillaba con el sonido de la suave brisa, de los pájaros trasnochadores y de los insectos afanosos, que con tanta flor, tenían mucha tarea.

Nos acariciamos los brazos, como confabulándonos con el entorno, involucrándonos en  la maravilla del ambiente. Y en ese momento me percaté: — Fíjate, hemos hecho complacerse a casi todos nuestros sentidos: vista, oído, olfato y tacto. El gusto, aunque no sea del paladar, es estar aquí contigo y lo que es más extraño, estar aquí conmigo misma.

El sol terminó su jornada. Pero aún quedaron en el cielo colorines que se tornaban cada vez más suaves, hasta que la noche se adueñó de todo. Entonces nos fuimos, callados, ebrios de hermosura, embaucados de naturaleza.

Hoy comienza otro día de trabajo y de estrés, de inquietud y desasosiego. Quizá la economía mejore o tal vez sigamos así tiempo. Esta es la vida real, aunque la otra sea la auténtica.

Cómo me gustaría quedarme atrapada para siempre en el espectáculo de ayer y encajarme en esa perspectiva como una pieza más del entorno, sin alterarlo, plácida y serenamente.  

 

3 comentarios

Guanachinerfe -

Qué hermosa la naturaleza salvaje del Teide entre tanta tierra agreste.Yo los recuerdo muy cerca del valle de Ucanca y la visión llena todo por dentro.

Piedra -

Impresionante la belleza de los tajinastes en flor, en verdad sois afortunados de vivir en las islas Afortunadas.

Hoy doble alegría, verte en mi blog y encontrarte con tu bella entrada de texto y fotografía.
No te me pierdas
Un abrazo lleno de expresiones.
Piedra

Pedro M -

Muy sugestivo, me encantaría arrullar mis sentidos en esos parajes tan lindos. Los tajinastes son esplendidos.