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El andurrial de Espuma

El triunfo de la muerta

El triunfo de la muerta

Doña Juliana Eulalia de Arencibia aguardaba desde hacía algún tiempo a la Muerte. De familia de abolengo vetusto y opulento, la habían educado para ser resistente a todos los reveses que le daría la vida, que no fueron pocos.

Ahora, a sus ochenta y tantos años y después de bregar sin descanso contra la Parca para que no se llevara a su hermano, enfermo de unas fiebres maléficas, a su hija de un parto difícil o a su nieto de un mal desconocido, y habiendo ganado siempre, entendía que llegaba su hora.

Sentada en la hamaca del porche la vio venir por fin.

—Has vuelto —dijo.

—Sí —contesto la Muerte—, esta vez te vienes conmigo.

Doña Juliana rió sarcástica.

—Claro, es mi hora, pero no lograste llevarte a los míos cuando lo intentaste; te vencí.

—Señora de Arencibia, no, tienes razón, no me los llevé a ellos, fue a ti, pero ni siquiera te percataste. Tú has muerto hace décadas pero sigues aquí, apegada a tu casa, viendo vivir a tu familia mientras tú sólo eres una sombra. Tienes que cruzar al otro mundo.

Y doña Juliana volvió a reír triunfante.

—Por supuesto que sé que estoy extinta, mis huesos ya están descarnados desde hace tiempo, pero tú no percibiste que yo lo sabía, por eso salvé a los míos. Sólo un muerto puede luchar con la Muerte —contestó y levantándose se compuso el vestido, dispuesta a hacer el viaje aplazado.

4 comentarios

Espuma -

Guanachinerfe, de nada, ya sabes que lo pienso así.

Gladys, a veces también me pasa que no puedo entrar, estos blogs son caprichosos, pero luego se les pasa. ;-)
Gracias por tus palabras, amiga. Besos.

Nofret, en verdad uno se aferra a la vida, es innato en el ser humano, aunque se tengan 93 años.
Y tienes razón, debería uno darse cuenta de que la muerte es tan lógica como la vida, pero ya ves.

un besito y gracias por leer.

:-)

NOFRET -

Muy bueno, Espuma, me gustó mucho ese diálogo con la muerte.
Me recordó el caso opuesto, una vez estaba en el hospital y una mujer de 93 años, al saber su diagnóstico, preguntó llorosa y aterrada: ¿Me voy a morir?
Yo recuerdo que no pude evitar asombrarme y pensar ¿es que aún no lo sabe? ¿hasta qué edad espera vivir? No supe más de ella, claro que habrá muerto antes de vieja, o de un achaque, ni siquiera era grave lo que tenía. Pero me sorprendió que alguien pueda alcanzar semejante edad sin haber aceptado a la muerte y hecho las paces con ella. Supongo que todos somos muy distintos.
Un gusto leerte, espumosa!

Gladys -

Oye, tu andurrial se está poniendo impertinente. No me deja colgar mi comentario y con lo que me costo hacerlo. Jjejejeje.
Te decía que esta dama me recordó aquellas ancianas inglesas tan agudas en sus conversaciones. Un placer leerte.

Guanachinerfe -

Muchas gracias por tus palabras!!